Rick Carlisle ya había escuchado suficiente. Durante la victoria de los Dallas Mavericks sobre los San Antonio Spurs por 102 – 98 el pasado 26 de diciembre, buena parte de la conversación durante la retransmisión de TNT se centró en la necesidad de Kristaps Porzingis de buscar más la anotación en el poste.

Primero fue Chris Webber como comentarista, y después lo continuaron Shaquille O’Neal y Charles Barkley en el espacio del descanso. Los tres, hombres altos interiores de los que se pegaban en la zona en una época pasada, coincidían. Si Porzingis quería establecerse como estrella tendría que buscar más la anotación al poste.

Cuando estas palabras fueron transmitidas a Rick Carlisle al finalizar el partido, el entrenador de los Dallas Mavericks fue tajante.
“El posteo ya no es una buena jugada”, dijo el entrenador de los Mavs. “Ya no lo es. Tampoco lo es para alguien de 7-3. Es una situación de valor bajo.”

Carlisle continuó incidiendo en el valor estadístico de Porzingis para el juego de los Mavs.

“Nuestros números son muy claros en que cuando Porzingis espacia colocándose más allá de la línea de 3 puntos, somos un ataque históricamente bueno”, prosiguió Carlisle. “Y cuando uno de nuestros jugadores va al poste nuestra efectividad se reduce exponencialmente. Es un hecho. Tenemos que darnos cuenta de que el juego ha cambiado.”

Cualquiera que haya visto jugar a los Dallas Mavericks esta temporada sabe lo importante que es Porzingis para el esquema de Rick Carlisle, y eso se hizo evidente en la racha de partidos que tuvo perderse por sus molestias en la rodilla. La realidad es que el letón es esencial en el juego tanto ofensivo como defensivo del equipo.

En ataque el espaciado que proporcionan tanto Porzingis como Maxi Kleber está permitiendo, como indicaba Carlisle, que los Mavericks estén coqueteando con números que les colocarían como el ataque más efectivo de la historia. Según el Rating Ofensivo de Basketball Reference, los Mavs están anotando 117 puntos por cada 100 posesiones. Esto superaría los 115.9 de los Golden State Warriors de la 2018-19, mejor marca hasta la fecha, y los 115.6 de Los Angeles Lakers de la 1986-87.

Aunque sus porcentajes de acierto desde la larga distancia estén siendo irregulares, debe tenerse en cuenta que nunca antes había lanzado tantos triples (6.4 intentos por encuentro) y que su mera presencia en el exterior saca fuera a los defensores rivales, abriendo líneas de pase y posibles penetraciones para Luka Doncic y el resto de manejadores de balón.

Si atendemos a los números básicos, los promedios de Porzingis han disminuido con respecto a la última temporada en la que jugó con los Knicks y fue seleccionado All Star. Por otro lado, los Dallas Mavericks ya han igualado el total de victorias que Porzingis logró en su última campaña en New York (29) y están cerca de superar las victorias de sus otras dos temporadas (31 y 32) incluso antes de llegar al parón del All Star. El letón ha sacrificado sus números individuales en ataque por el bien del conjunto y por las victorias.

Pero es que en defensa el impacto de Kristaps Porzingis es incluso superior al del ataque, si cabe. Aunque en muchas ocasiones haya actuado como cuatro en el ataque, en defensa Kristaps es el cinco, y sirve de ancla defensiva en el sistema de Carlisle, un papel al que tampoco estaba acostumbrado en el pasado.

Sobre él recae la responsabilidad de acudir a las ayudas y de cerrar el paso a todo el que se acerque por la zona, y su intimidación se hace sentir cada vez que alguien se aproxima al aro. Es habitual ver un partido y quedarse sorprendido cuando se ve que solo ha logrado un tapón o dos, porque la sensación que deja siempre es de que fueron más.

Si acudimos a las estadísticas de NBA.com de impacto defensivo, encontramos que Porzingis solo permite un 50.2% de acierto en los lanzamientos que defiende en el aro. Entre aquellos que defienden al menos 5 intentos por partido solo hay tres jugadores que mejoren esa cifra: Brook Lopez, John Collins (con muchos menos partidos) y Jakob Poetl (defendiendo casi dos intentos menos por partido). Porzingis está por encima de Rudy Gobert, Serge Ibaka, Steven Adams, Myles Turner, Hassan Whiteside, Andre Drummond, Clint Capela, etc.
Esta es la trayectoria de Porzingis en lo referente a la defensa del aro:

Temporada (equipo) Lanzamientos defendidos por partido Porcentaje de acierto permitido
2015-16 (NYK) 5.3 53.3%
2016-17 (NYK) 6.4 54.3%
2017-18 (NYK) 5.2 49.2%
2019-20 (DAL) 6.8 50.2%

Simple y llanamente, Porzingis está entre los mejores defensores interiores de la NBA. Sumado a todo esto encontramos también su evolución en el rebote, siendo su 24.4% de rebotes defensivos capturados el mejor dato de su carrera, según Basketball Reference.

“Creo que el cambio que más se está pasando por alto ha sido K.P.”, decía Mark Cuban en diciembre sobre el cambio de rol de una de sus estrellas. “No creo que haya habido nunca un jugador de contrato máximo así, que haya cambiado de esta manera su juego para encajar en lo que necesita su equipo, y tan rápido como lo ha hecho él”.

Quizás Kristaps Porzingis no tenía en mente este cambio de rol cuando fue traspasado hace ya un año desde New York a Dallas, pero el jugador letón ha asumido con profesionalidad el cambio de estilo.

“A lo largo de mi carrera quizás hubo muchas veces en las que mi energía en la pista estaba basada en si anotaba puntos o no, y eso llevaba al resto”, explicaba Porzingis. “Ahora no es que haya tenido que cambiar mi mentalidad. Aún me veo como un anotador, pero si los lanzamientos no entran y las cosas no van como yo quiero en el ataque, sigo estando ahí para el resto de otras cosas. Ese es el gran cambio para mí”.

“No me esperaba – nadie lo hacía – que Luka estuviese a este nivel”, dijo Porzingis. “Luka lleva el show. Ha estado jugando de una manera increíblemente efectiva. Yo estoy aquí para apoyarle en todo lo que pueda, abriendo la pista o lo que sea, para que él pueda hacer lo suyo”.

Centrado en el juego y en el bien del equipo, no en los críticos o en los números, Kristaps Porzingis está influyendo en el juego de los Dallas Mavericks como solo una estrella de la NBA puede hacerlo. Solo hace falta darse cuenta de que el juego ha cambiado y de lo que necesita un equipo para ganar en la actualidad para entenderlo.

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