“Creo… que me quiero ir a casa.”

Donnie Nelson, presidente de operaciones de los Dallas Mavericks, recuerda esas palabras como si las hubiese escuchado ayer.

“No sé si encajo aquí. No sé si llegaré a hacerlo.”

Aquel joven tenía motivos para dudar. La franquicia había hecho una apuesta fuerte por él, pero estaba en la mitad de su año rookie y lo estaba pasando realmente mal. Era alto, pero el resto de interiores de la liga imponían su físico sobre él. Sus lanzamientos no entraban. Su confianza estaba por los suelos.

“Nunca olvidaré el día que vino y me dijo ‘creo que me quiero ir a casa,'” recordaba Donnie Nelson horas antes del partido contra Los Angeles Lakers. “Tuvimos que convencerlo de que capeara la tormenta, de que iba a ser muy bueno. Le dijimos que no se preocupara por los errores o cualquier cosa que le preocupara. Creo que echaba de menos su casa más que otra cosa.”

Aquel joven que echaba de menos su casa, no es ningún secreto, era Dirk Nowitzki. El mismo Dirk Nowitzki que hace unas horas se convirtió en el sexto jugador de la historia de la NBA en alcanzar los 30.000 puntos, y el tercero en alcanzar esa cifra en una única franquicia tras Karl Malone (le perdonaremos el affaire con los Lakers) y Kobe Bryant.

Nowitzki ha pasado de las dudas de su primer año a ser considerado una leyenda ya de este deporte pese a seguir en activo. Los de la pasada noche son solo 25 puntos más en una amplia carrera, pero representan las cotas que ha alcanzado aquel desgarbado alemán.

Todos parecían querer alcanzar la cifra lo antes posible. El mismo Dirk, enchufado como nunca desde el principio, con 18 puntos en el primer cuarto. Sus compañeros, buscándole en ataque como no lo habían hecho antes en dos temporadas. Nowitzki estaba en racha y había que aprovechar el momento. Todo estuvo de cara desde el principio. Dirk metió 25 puntos en la primera mitad, se quedó a cero en la segunda, y además lo completó con 11 rebotes. Un 25-11 vintage en solo 24 minutos.

Después del partido Rick Carlisle soltó un monólogo que merece la pena reproducir íntegramente.

“Antes de nada, esta noche todos hemos presenciado uno de los logros más impresionantes en la historia del deporte. Para mí, han sido 13 minutos y dos segundos en un microcosmos de una de las carreras más grandes en la historia de este juego. Preparación meticulosa, compromiso total, espíritu competitivo increíble y una gran capacidad por aparecer en el momento oportuno. Viendo a Dirk durante el último par de días no había duda de que esto iba a pasar esta noche. Nuestros chicos han hecho un gran trabajo encontrando a a Dirk, los Lakers cambiaron los emparejamientos pero nuestros chicos siguieron encontrando la manera. Su forma de anotar quitaba el aliento. Todos somos privilegiados por ser parte de esto y felicito a Dirk y a Holger, su mentor desde el principio y quien ha hecho un trabajo enorme con su progresión a lo largo de su carrera, comenzando como adolescente. Estamos entusiasmados por Dirk. Va a llevar un tiempo asimilar lo que esto significa realmente. En baseball la marca a batir son 3.000 golpes y hay 30 tipos que lo han hecho. Solo hay seis que hayan hecho 30.000 puntos en la historia de nuestro juego. La magnitud de este momento es algo que probablemente nos lleve un tiempo digerir.”

El propio Nowitzki, como podíamos esperar de él, fue muy humilde al describir el momento.

“Ha sido una experiencia increíble,” dijo Dirk. “Después de cada canasta que metía notaba un zumbido en la grada. Entro al segundo cuarto con 18 puntos y recuerdo caminar a la pista y que todo el mundo estaba muy motivado. Me puse un poco nervioso y solté un airball, pero me recompuse y la metí en la siguiente.”

“Es algo surreal,” prosiguió Dirk. “30.000 puntos es increíble. Son muchos puntos obviamente. Cada marca que superas hace que reflexiones un poco, que pienses en la gente que te ha ayudado y que ha estado contigo en este viaje. Piensas en los entrenadores, en Cuban, en los jugadores y los fans que han estado conmigo en lo bueno y en lo malo. Ha sido un gran camino, al cual aún le quedan algunas canastas más, y entonces será momento de la puesta de sol.”

También de forma muy predecible en él, Nowitzki puso la victoria del equipo por encima de su logro personal, como ha hecho a lo largo de toda su carrera.

“Estoy feliz porque estamos ganando partidos. Esa es la prioridad nº1 para mí ahora mismo”, dijo el alemán. “Aún estamos intentando entrar en Playoffs y estamos jugando bien, y lo principal es que hemos ganado el partido y todo ocurrió temprano. Últimamente no había tenido noches muy anotadoras, en algunas había fallado mucho, y estaba un poco lento. Pero lo de hoy ha sido perfecto. Todo ha salido como un plan perfecto, y estoy contento porque haya sido así.”

A partir del momento en el que alcanzó la cifra empezaron a sucederse las felicitaciones. Primero la de sus compañeros en la misma pista, algunos de ellos a través de la pantalla del AAC como Steve Nash o Jason Kidd, y después en las redes sociales. LeBron James, Stephen Curry, Jamal Crawford, Goran Dragic, Jason Terry, Tyson Chandler, Shawn Marion, Michael Finley, Detlef Schrempf, Kevin Garnett, Magic Johnson, Scottie Pippen, Adam Silver y otros deportistas como Jerome Boateng, Toni Kroos, Mats Hummels, Jason Witten o Derek Holland quisieron sumarse a la felicitación.

4.142 jugadores han disputado al menos un partido en la historia de la NBA, si a Mark Followill le funciona bien la calculadora. Solo 6 han alcanzado los 30.000 puntos. El club tiene un nuevo miembro desde anoche.

Kareem Abdul-Jabbar, Karl Malone, Kobe Bryant, Michael Jordan, Wilt Chamberlain. Dirk Nowitzki.

Pensad en eso y tratad de asimilarlo.

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