A principios de diciembre de 2015, los Dallas Mavericks cayeron derrotados en el AAC ante los Atlanta Hawks por tres puntos. Cómo es lógico, el humor en el vestuario no sería demasiado bueno. Especial en la taquilla con el número 25. Chandler Parsons solo metió 5 puntos aquella noche, lanzando 9 veces a canasta, y jugando apenas 20 minutos. En su 16º partido de la temporada apenas se veían aún sus progresos. Aún tenía un límite de minutos por noche. Era difícil ver la luz al final del túnel.

Pero una cosa es no ver la salida, y otra muy diferente es que esa salida no exista. Parsons sabía que, aunque en aquel momento quizás no la veía, la salida del túnel estaba allí. “Mi verdadera temporada empieza en enero,” se atrevió a adelantar en aquellas fechas. Y no se confundió.

Entre el 1 de enero y el 29 de febrero, en 27 partidos, Chandler Parsons ha promediado 17.1 puntos (51.5 por ciento en tiros de campo y 45.4 por ciento en tripes) y 5.4 rebotes por partido. Si acotamos los números a los últimos 15 de esos partidos, las cifras suben a los 19.5 puntos (52.5 por ciento en tiros de campo y 48.2 por ciento en triples) y 6.2 rebotes por partido.

“Es claramente uno de nuestros mejores jugadores,” dijo Rick Carlisle recientemente. “Le necesitamos con esa mentalidad de atacante y creador de jugadas. Necesitamos que sea sólido y con recursos en defensa.”

Con la mejora de su rendimiento también llegó un mayor protagonismo en ataque, aunque Carlisle y los Mavericks prefieran mantener un sistema equilibrado en el que ningún jugador sea el único foco. Desde el 1 de enero al 29 de febrero su porcentaje de uso fue del 21.8 por ciento. En los 15 últimos partidos de esa muestra, subió al 24 por ciento. No es una cifra excesiva, ni mucho menos: un total de 60 jugadores tuvieron un mayor porcentaje de uso en ese mismo periodo de tiempo, pero solo uno de ellos forma parte de los Mavericks, Dirk Nowitzki. De la forma en la que plantearon esta temporada, Mark Cuban ya avisó al principio de la temporada de que preferían tener a cuatro jugadores promediando 15 puntos que a uno por encima de los 20.

Eso no resta mérito alguno a lo que está haciendo Parsons, por supuesto, y si sigue siendo tan efectivo su uso en el ataque solo puede ir al alza. Porque lo más impresionante de lo que ha hecho Parsons en estos dos meses es su efectividad. Solo hay tres jugadores que desde el 1 de enero tengan al menos un 50 por ciento de acierto en tiros de campo y un 45 por ciento en triples con un porcentaje de uso mayor al 21,5 por ciento: Stephen Curry, Kawhi Leonard y Chandler Parsons.

“Ahora mismo siento que cada lanzamiento suyo va a entrar,” dijo Dirk Nowitzki después de la victoria contra Minnesota. “Está con un gran ritmo ahora mismo, se puede ver la confianza que tiene en los tiros que está lanzando. Los está buscando, está siendo agresivo. Está siendo algo divertido de ver.”

Parsons se encuentra mejor físicamente ahora, pero ha tenido que trabajar mucho para llegar al punto actual. Y no solo en cuanto a acondicionamiento físico, también en otras facetas de su juego, como la mecánica de lanzamiento. El año pasado ya empezó a realizar algunos cambios junto a Carlisle, y esta temporada lo está llevando un paso más adelante, trabajando incluso con Nowitzki y su mentor Holger Geschwindner.

Los dos primeros son ejemplos de la temporada pasada, en los que se aprecia cómo Parsons se inclina tanto en el aire que su equilibrio no es el adecuado a la hora de soltar el balón.

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Sin embargo, en este ejemplo de esta temporada ya podemos observar que el alero ha hecho cambios para corregir esa inclinación, exagerada a veces en el pasado, y el punto en el que suelta el balón, algo que ahora hace en su punto más alto, y no subiendo o casi bajando como anteriormente. En muchos de sus lanzamientos se sigue inclinando un poco, a veces con los pies saliendo demasiado, pero en el tronco y la parte superior del cuerpo se mantiene estable. También ha conseguido que el balón haga un arco mayor antes de llegar al aro, y su mecánica le da más importancia al impulso que da la muñeca al balón, y no tanto el brazo.

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“Siempre pensé que su lanzamiento era demasiado plano,” dijo Dirk Nowitzki al respecto. “Se inclinaba hacia atrás y a partir de ahí lo lanzaba. Pero ha estado trabajando en ello, dándole un arco mayor, sin saltar tanto hacia adelante y sin inclinarse tanto. Ahora lo está haciendo genial pero, como con todo, tienes que seguir trabajando en ello. Si sigue con esta confianza, el cielo es el límite.”

“Definitivamente, creo que estoy jugando mejor que nunca,” dijo Parsons. “Está siendo divertido, y obviamente he trabajado extremadamente duro para llegar a este punto, pero hay que seguir haciéndolo. No vale con tener un partido bueno de vez en cuando.”

Precisamente eso es algo que también está consiguiendo: cada vez es más habitual que Parsons tenga un partido bueno. Esta es su progresión anotadora durante la temporada:

Mes Puntos por partido (ppg) True Shooting Percentage (TS%)
Noviembre 8.0 52.2
Diciembre 10.5 52.3
Enero 16.1 61.5
Febrero 18.8 65.0

En especial su lanzamiento de tres puntos está siendo un arma clave para el funcionamiento del ataque de Dallas. Desde el 1 de enero, su 45.4% de acierto en triples es la quinta mejor marca de toda la NBA entre aquellos que lanzan al menos 4.5 veces por partido desde la larga distancia, solo por detrás de Stephen Curry, J.J. Redick, Jerryd Bayless y Trevor Ariza.

“Volví antes de lo que todos esperaban,” dijo Parsons. “Mis doctores, el cirujano, mi agente, Carlisle, Cuban … y todos ellos me ayudaron cuando estaba frustrado, y me dijeron que esto es un proceso muy largo. Obviamente, en aquel momento, no quería creerlos. Tenía problemas, fallaba lanzamientos, solo jugaba en tandas de cuatro minutos. Me sentía como si estuviese rompiendo el ritmo del equipo, a veces como titular y otras como suplente, era todo un lío. Estoy contento porque todo el dolor, toda la lucha y todo el trabajo que he puesto me ha hecho mejor jugador, y me doy cuenta de que nadie ha trabajado tan duro como yo para llegar hasta aquí.”

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