Los Dallas Mavericks daban por finalizada su última incursión en los Playoffs de la NBA el 25 de abril de 2016. Terminaba así una temporada en la que la plantilla definitiva tuvo una media de edad que superaba los 29 años, cifra que ascendía hasta los 30.5 años si se tienen en consideración únicamente a los diez jugadores que más minutos totales disputaron. De ellos, solo Dwight Powell (24) y Chandler Parsons (27) contaban con 27 años o menos.
Ahora, unos 18 meses después, los Mavericks continúan con un rejuvenecimiento que con una sola temporada entre medias ha dado un lavado de cara completo a la plantilla. En la campaña 2016-17 la media de edad al final de temporada de los 10 jugadores con más minutos acumulados era de 28.4 años, dos años menos que en la temporada anterior, mientras que la mitad de esos jugadores tenía 27 años o menos: Harrison Barnes, (24), Seth Curry (26), Dorian Finney-Smith (23), Dwight Powell (25) y Yogi Ferrell (23). De ellos, solo Powell estaba en Dallas en el año anterior, los otros cuatro fueron nuevas incorporaciones.
Esa tendencia rejuvenecedora continuará en esta temporada que está a punto de comenzar. De entre aquellos jugadores con contrato garantizado, ocho de ellos contarán con 27 años o menos al disputar el último partido: los cinco mencionados en el párrafo anterior más Dennis Smith Jr. (19), Nerlens Noel (23) y Maxi Kleber (25), pudiendo sumar también a Jonathan Motley, jugador con contrato two-way con los Dallas Mavericks y los Texas Legends. Además, los cinco jugadores que podrían ganarse un puesto en el traning camp (Jeff WIthey, PJ Dozier, Gian Clavell, Brandon Ashley y Maalik Wayns) tienen ahora mismo 27 primaveras o menos.
Mirado desde otro punto de vista, en la plantilla definitiva podría haber solo 6 jugadores con 30 años o más: Josh McRoberts (30), Wesley Matthews (31), Salah Mejri (31), JJ Barea (33), Devin Harris (34) y Dirk Nowitzki (39). La última vez que los Dallas Mavericks formaron una plantilla con aún menos treintañeros que en esta ocasión fue en la 2004-2005, cuando Nowitzki solo tenía 26 años y los veteranos del vestuario eran Darrell Armstrong (ahora entrenador asistente), Alan Henderson, Shawn Bradley, Michael Finley y Jerry Stackhouse).
El encargado de liderar el cambio de ciclo la temporada pasada fue Harrison Barnes. El alero pasó de un papel secundario en los Golden State Warriors a ser el primer puntal del ataque de Dallas, y lo hizo dando un nivel que muy pocos esperaban en su estreno como primera espada, destacando especialmente en la anotación en aclarados, parcela en la que fue uno de los líderes de la liga en puntos producidos. En su segundo año en los Mavericks Barnes se ha puesto como objetivo mejorar su creación para los compañeros y promediar al menos tres asistencias por partido, algo que contó a Zach Lowe de ESPN. Si Barnes consigue crear más para el resto de jugadores en pista y también ir más a la línea de tiros libres, podría dar un paso que lo coloque más cerca de la élite de la NBA. Con 25 años y después de la mejoría demostrada el año pasado, los Mavs confían en que Barnes vaya cumpliendo con el potencial que demostró en el instituto.
Barnes tendrá más ayuda joven en esta ocasión, especialmente en las figuras de Dennis Smith Jr. y Nerlens Noel. El base rookie se ha convertido en la gran esperanza de futuro de la franquicia, y con su capacidad para penetrar a canasta en bote abrirá las defensas generando más lanzamientos abiertos para sus compañeros. La temporada rookie suele ser de adaptación especialmente en el puesto de base y habrá que medir bien las expectativas con Smith en su primer año, pero los Mavs pondrán de entrada mucha responsabilidad en alguien con una personalidad preparada para el reto.
Noel, por su parte, afronta su primera temporada completa como jugador de los Mavericks. Lo hará tratando de demostrar que es uno de los mejores defensores interiores defensivos y que, junto con su potencial en el ataque del pick and roll, merece conseguir un buen contrato el verano que viene. El éxito individual en su caso llevaría seguramente al éxito colectivo de los Mavs, y Noel es sobre el papel el pívot ideal que colocar junto a Dennis Smith y Harrison Barnes.
Otro que también intentará demostrar su valor en su segundo año en Dallas es Seth Curry. El guard fue otra de las sorpresas agradables de la 16-17, haciendo crecer su rol semana a semana gracias a su buen nivel en la pista. Curry terminó la temporada con un excelente 42.5 por ciento de acierto en triples, tercera mejor marca de la NBA entre aquellos que lanzaron desde la larga distancia al menos 4.5 veces por encuentro, siendo solo superado por dos lanzadores legendarios como Kyle Korver y JJ Redick. Sus promedios finales fueron de 12.8 puntos y 2.7 asistencias por partido y recibió dos votos en la votación final del premio al Jugador más Mejorado. Curry y Smith deberían poder beneficiarse mutuamente de los puntos fuertes del otro en un backourt que creará muchos quebraderos de cabeza para las defensas rivales.
Pero Barnes, Smith, Noel y Curry no serán los únicos jóvenes que tendrán un rol importante esta temporada. Yogi Ferrell fue el contribuidor más inesperado en la campaña pasada, y ahora contará con un training camp para aprender el sistema de Rick Carlisle y absorber el conocimiento de JJ Barea para aplicarlo como base anotador. Si todo va bien, él y Smith pueden ser la pareja de bases de los Mavericks por muchos años. Los dos tendrán la tutela de dos tutores más que apropiados para su aprendizaje. Devin Harris es el último jugador que los Mavs eligieron en el top 10 (traspaso mediante) como Dennis Smith, y aun siendo físicamente inferior al nuevo rookie, Devin destacó por el aire fresco que insufló a aquellos Mavericks. J.J. Barea comparte con Yogi su baja estatura, el no haber sido drafteado, y podrá aprender del boricua el arte del ataque de los bloqueos y a castigar a defensores más lentos. Ambos tienen un lanzamiento de tres respetable para las defensas.
“Él puede hacerme un jugador mucho mejor,” dijo Smith sobre Ferrell tras su primer entrenamiento juntos antes de la Summer League. “Tuvo un año muy bueno este año pasado. Su historia es genial, de contrato de 10 días a parte de la organización. Es un gran tipo, y creo que nos vamos a ayudar de forma mutua.”
“Tiene piernas jóvenes y frescas,” dijo Yogi sobre Smith. “No sé si puedo decir oficialmente cosas así, solo tengo 24 años. Pero tiene explosividad. Va a ser muy divertido, especialmente lanzarle alley-oops.”
En el puesto de alero continuará Dorian Finney-Smith, un tenaz defensor individual y de equipo que ha cambiado su mecánica de lanzamiento para intentar hacer carrera como jugador ‘3&D’, y se une a él Maxi Kleber, un alemán de Wuzburg ni más ni menos en el que los Mavs han puesto su confianza como hombre atlético y capaz de abrir defensas lanzando desde fuera. Más dentro de la zona encontraremos a Dwight Powell en su cuarto año en la liga para dar minutos en la rotación de cuatro y cinco con la intención de expandir su rango de tiro hasta la línea de tres puntos.
“Ese ha sido componente más importante de mi verano,” dijo Powell durante el Media Day refiriéndose a su lanzamiento de larga distancia. “Hacer todo lo que pueda, ayudar al equipo a ganar, y espero seguir creciendo añadiendo eso a mi juego este año. También he estado trabajando mucho el aspecto defensivo este verano, y espero incorporar todo eso a mi juego.”
El año pasado los Dallas Mavericks tuvieron una temporada con más derrotas que victorias por primera vez en 17 años, y esa sensación no es una a la que estén acostumbrados los fans ni la franquicia. Pero con las incorporaciones de los dos últimos veranos estos jóvenes ofrecen un futuro prometedor para los Mavs.
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