En estos días se celebra el acontecimiento polideportivo más importante a nivel mundial: los Juegos Olímpicos de Río 2016. Y en esta ocasión, los Dallas Mavericks estarán bien representados en la cita.

La última vez que los Mavericks tuvieron a un jugador bajo contrato participando en los Juegos Olímpicos fue en 2008. En 2012 participó el chino Yi Jianlian justo después de terminar su primera y única temporada en Dallas, pero para el momento en el que empezó la competición ya no era jugador de los Mavs. Tenemos que remontarnos a 2008 para encontrarnos a Dirk Nowitzki, abanderado de la expedición alemana, y a Jason Kidd, líder veterano del ‘Redeem Team’ como últimos representantes en los Juegos. Este año, serán tres los jugadores que recogerán el testigo olímpico.

El primero de ellos es Harrison Barnes. El alero se encuentra en un verano crucial para su carrera, después de ser la gran apuesta de los Mavericks para el presente y el futuro de la franquicia. Tanto el jugador de 24 años como el equipo piensan que hay mucho potencial aún por destapar en el juego de Barnes, y este verano servirá de preparación para una temporada en la que tendrá un rol mucho mayor al que estaba acostumbrado hasta ahora.

Empezar a prepararse para la temporada participando con el Team USA en los Juegos puede ser un primer paso perfecto. En los últimos años son varios los jugadores jóvenes que se han beneficiado de las concentraciones con el equipo estadounidense, en las que se crean amistades pero también se compite cada día en los entrenamientos contra los mejores y se refuerza la ética de trabajo, y Barnes quiere ser uno de ellos. Stephen Curry, Klay Thompson, DeMar DeRozan, DeMarcus Cousins o Andre Drummond pueden ser buenos ejemplos de jugadores que empezaron a destapar su potencial real después de participar con la selección de Estados Unidos.

Pero si hay un caso que puede ser similar en circunstancias, y que, obviamente, representaría el mejor escenario posible para los Dallas Mavericks y el propio Barnes, ese es el de James Harden.

Harden tuvo su primera experiencia con el Team USA en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en un papel de especialista secundario. El escolta llegaba a los Juegos con 23 años, después de tres años en la NBA. En la temporada anterior había perdido las Finales con su equipo, en el que estaba a la sombra de Kevin Durant y Russell Westbrook. Después de los Juegos de Londres, Harden fue traspasado a Houston, donde pasó a ser la primera opción del ataque, con el resultado que todos conocemos.

Barnes tendrá su primera experiencia con el Team USA en los Juegos Olímpicos de Río 2016, en un papel de especialista secundario. El alero llega a los Juegos con 24 años, después de cuatro años en la NBA. En la última temporada ha perdido las Finales con su equipo, en el que estaba a la sombra de Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Después de los Juegos de Río, Barnes se incorporará con los Mavs, donde pasará a ser una de las opciones principales del ataque, con resultado por conocer.

Harden ya había demostrado en Oklahoma City una capacidad creadora muy avanzada, pero las similitudes en circunstancias con el caso de Barnes son tantas que es inevitable ver una posible comparación. Participar con la selección nacional estadounidense ha sido un privilegio del que no son pocos los jugadores que han salido con una mentalidad diferente en los últimos años, y Barnes quiere beneficiarse de ello.

El que volverá a participar en unos Juegos Olímpicos ocho años después de su última presencia es el pívot Andrew Bogut. Para el nuevo center de los Mavericks estos serán sus terceros Juegos (Atenas 04, Pekín 08 y Río 16), y hubieran sido los cuartos de no ser por una inoportuna lesión en el tobillo que impidió su participación en Londres 2012.

Bogut es el líder dentro y fuera de la pista del equipo de Australia. A pesar de que llega tras recuperarse de una lesión de rodilla, su veteranía y liderazgo serán claves para que los australianos intenten aspirar a algo más que a pasar de la fase de grupo. En todas las competiciones FIBA en las que ha participado en al menos dos partidos con Australia ha promediado más de 12 puntos por partido, y será clave en el resultado de su selección incluso sin estar al 100 por cien.

“No creo que necesite estár al 100 por cien para tener un gran impacto en nuestro equipo,” dijo sobre Bogut otro de los líderes de los australianos, Patty Mills. “Puede estar al 50 por ciento y su presencia ya sería muy importante. El simple hecho de que esté en la pista es clave para nuestro éxito y para que tengamos un buen torneo, y eso es lo más importante.”

Bogut tendrá que verse la cara con pívots como DeMarcus Cousins y DeAndre Jordan (USA), Rudy Gobert (Francia) o Miroslav Raduljica (Serbia) en la fase de grupos, por lo que será un buen medidor para saber a qué nivel se encuentra después de su lesión.

El último participante de los Dallas Mavericks en los juegos es alguien a quien apenas conocíamos hace unas semanas, pero que puede hacerse un nombre en las próximas semanas y meses: Nicolás Brussino. Los Mavs anunciaron su fichaje por sorpresa pero llevaban años siguiendo sus evoluciones, y ahora ‘Nico’ tendrá la oportunidad de darse a conocer antes de incorporarse al training camp.

En principio el rol de Brussino con la selección de Argentina debería ser secundario. Los argentinos aspiran a llegar a la final, con un bloque veterano en el que destacan Ginobili (39 años), Scola (36), Nocioni (36) y Delfino (33). Pero en un equipo tan veterano, y con un torneo tan condensado y con tanto partido en pocos días, un jugador joven y descarado como Brussino puede ganarse un puesto clave en la rotación.

Durante el verano pasado el alero ya participó en el FIBA Américas 2015 con Argentina, jugando 8 minutos por partido y asentando las primeras bases de la buena temporada que estaría por llegar. En su año con Peñarol creció hasta promediar 14.6 puntos y 5.5 rebotes por partidos con Peñarol, rendimiento que le sirvió para recibir la llamada de los Mavericks. Este mismo verano ya ha participado con Argentina en South American Championship 2016, promediando 8.2 puntos por encuentro y ganándose la confianza del equipo para Río 2016.

Los Juegos Olímpicos son una gran cita mundial, y este año los seguidores de los Dallas Mavericks tendrán aún más motivos para seguir de cerca la competición en baloncesto. Barnes, Bogut y Brussino, cada uno con unas circunstancias diferentes, pero los tres ante unos Juegos Olímpicos de Río 2016 que pueden ser claves para sus carreras.

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